Confesiones de la
Confraternidad de Iglesias de Gracia
(Parte 1)
Estamos en común fe si crees lo siguiente:
Que Jesucristo es Dios y a la misma vez hombre.
Que Dios es uno.
Que eres un elegido por gracia.
Que la fe no es de todos.
Que los elegidos por gracia estamos predestinados para salvación.
Que somos salvos desde antes de la fundación del mundo.
Que Jesús fue ofrecido para sacrificio como decreto desde antes de la fundación del mundo.
Que la nueva criatura engendrada por el Espíritu Santo, existe para siempre porque El nos aceptó y adoptó en Jesucristo.
Que estamos bendecidos con toda bendición celestial desde antes de la fundación del mundo.
Que nadie puede arrebatarnos de las manos de Jesucristo y del Padre.
Que el bautismo que menciona Pablo en Efesios 4:5, es el bautismo en la sangre y la muerte de Jesús en la cruz del calvario.
Que Jesucristo vino a buscar y salvar lo que se le había perdido (sus hijos escritos en el libro de la vida).
Que nuestra pascua, que es Cristo, fue sacrificada por nosotros.
Que la salvación adquirida por Jesús, aseguró para siempre nuestras vidas con eternidad, porque ya no podemos morir más y vivimos como Jesucristo vive.
Que los ángeles fieles a Dios, vienen a servir a los herederos de salvación.
Que el pecado fue quitado para siempre el día que Jesús lo llevó en la cruz
Que el juicio vino por un pecado.
Que los que reciben abundancia de gracia y don de justicia, reinan en vida.
Que el primer Adán nos trasmitió el pecado y la muerte y que el postrer Adán nos quitó el pecado y la muerte.
Que el hijo de Dios se convierte en su imitador.
Que el hijo de Dios tiene un proceder y una responsabilidad en su diario vivir.
Que el hijo de Dios da gracias en todo y es agradecido.
Que no hay otro mediador sino solo Jesucristo.
Que Dios es la cabeza de Cristo, Cristo la del hombre y el hombre el de la mujer.
Que si Jesucristo resucitó de los muertos, ya no estamos en pecado.
Que tenemos que velar y orar para no entrar en tentación.
(Parte 2)
Estamos en común fe si crees lo siguiente:
Que el Espíritu Santo es el que contiende con la carne caída y no la carne contra la carne.
Que la carne está viciada con los deseos de engaño, es corrupta, mortal e inmunda.
Que al espiritual nadie juzga, pero él juzga todas las cosas.
Que el Espíritu Santo mora en nosotros y vivifica nuestros cuerpos mortales.
Que si estamos unidos al Señor, un solo espíritu somos.
Que el solo reposo para el pueblo de Dios es Jesucristo.
Que en Jesucristo estamos completos y no nos falta nada.
Que en la cruz del calvario nuestro cuerpo de pecado fue deshecho.
Que todo es nuestro.
Que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece.
Que tenemos la unción del Santo y todo lo sabemos.
Que los que somos ministros competentes de un nuevo pacto, hemos dejado atrás la doctrina de Cristo.
Que hemos muerto al pecado y a la ley.
Que estamos escondidos en Cristo y Cristo en Dios.
Que uno siembra, otro riega pero Dios da el crecimiento.
Que el oro y la plata son de Dios.
Que Jesucristo nos amó primero.
Que si tenemos el Espíritu de Cristo, somos de él.
Que somos herederos de Dios y coherederos con Cristo.
Que todo el bien de Dios mora en nuestro espíritu.
Que fue Dios el que nos selló con el Espíritu Santo.
Estamos sellados con el Espíritu Santo de la promesa hasta el día de la redención.
Que ahora somos hijos de Dios y no bastardos.
Que Dios nos conoció desde antes.
Que para poder venir a Jesucristo, antes Dios tuvo que enseñarnos.
Somos las ovejas de Jesucristo y oímos su voz.
Que estamos en victoria, siempre triunfando y somos más que vencedores por medio de Jesucristo.
Que Jesucristo es el esposo y la amada iglesia su esposa.
Que la ley del amor es la que rige a los espíritus de los justos hechos perfectos.
Que bastó una sola ofrenda para perfeccionar para siempre a los santificados.
Que la conciencia maleada, sucia y flaca, fue limpiada para siempre con la sangre preciosa derramada por Jesús en la cruz del calvario.
Que con la circuncisión de Jesús, fue echado de su presencia nuestro cuerpo de pecado.
Que Jesucristo es ministro de la circuncisión y ministro del santuario.
Que si la justicia es por la ley, en vano murió Jesús.
Que ninguna maldición pesa sobre los salvados.
Que Dios ama al dador alegre.
Que daremos según Dios nos prospere.
Que de lo que sembramos cosecharemos.
(Parte 3)
Estamos en común fe si crees lo siguiente:
Que los de la fe de Jesucristo, hemos caído sobre la roca.
Que Dios al que ama castiga.
Que discernir el cuerpo de Cristo, es discernir a la amada iglesia.
Que los cinco ministerios de Efesios 4:11-13, están en vigencia hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe.
Que todos los dones espirituales son aplicables hasta el final de la historia de la iglesia de Jesucristo.
Que las fuerzas del mal fueron derrotadas para siempre en la cruz del calvario.
Que hay dos simientes existentes: la oveja y el cabrito, el trigo y la cizaña, los hijos de Dios y los hijos del padre de la noche.
Que somos la luz y la sal de la tierra.
Que estaremos con el Cordero por donde quiera que El fuere.
Que ya fuimos trasladados al reino de Jesucristo y librados de las tinieblas.
Que tenemos que mantener puesta toda la armadura de Dios.
Que la cruz y el evangelio mantienen su misterio para los que se pierden.
Que la sabiduría y el poder de Dios es Jesucristo y que solo se habla entre perfectos.
Que Pablo es el Apóstol, Maestro y Predicador de nosotros los Gentiles.
Que los Judíos y los Gentiles ahora somos un solo pueblo.
Que el fundamento de la Iglesia es Jesucristo y el que puso el fundamento fue Pablo.
Que el misterio de iniquidad fue confrontado por Pablo mientras vivió.
Que el misterio de iniquidad aun perdura y muchos le creen.
Que el misterio de iniquidad enseña que la iglesia aun sigue sucia, con arruga y en pecado.
Que ahora la iglesia no tiene mancha, ni arruga ni cosa semejante.
Que si Jesucristo es la Cabeza y el Cuerpo es la Iglesia, componemos una sola unidad.
Que si Jesucristo como cabeza es santo, limpio, justo, bueno y hecho más sublime que los cielos, también lo es su cuerpo que es su Amada Iglesia.
Que cuando el santo evangelio sea predicado en todo el mundo, entonces viene el fin.
Que Jesucristo regresará visiblemente cuando nazca el último de los que están escritos en su libro.
Que en Jesucristo todos somos uno y no hay diferencias.
Que Jesucristo, nos salvó, nos sana de las enfermedades, nos bautiza con el Espíritu Santo y nos prospera.
Que Jesucristo es: La verdad, la puerta, el camino, el pan que descendió del cielo, la luz de la vida, el agua de vida y el que vive para siempre.
(Parte 4)
Estamos en común fe si crees lo siguiente:
Que ahora hemos tomado el reino inmóvil que es el reino de vida, gracia y paz
Que ninguna condenación hay para los que están en Cristo
Que Cristo nos quitó la maldición de la ley
Que la ley es espiritual y yo soy carnal vendido a sujeción de pecado
Que tenemos una ley de pecado y de muerte y lo bueno que queremos hacer no podemos
Que la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Que es imposible guardar la ley por cuanto somos débiles por la carne.
Que la intención de la carne es muerte y enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede.
Que
(Parte 5)
Estamos en común fe si crees lo siguiente:
Que Dios nos concede creer
Que Dios nos recibe por hijos
Que Dios nos acepta a través del Amado
Que Dios guarda enteros nuestros espíritus, cuerpos y almas hasta la venida de Jesucristo
Que Dios no nos dejará ser tentados más de lo que podemos
Que Dios hace en nosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo
Que Dios lo que empieza, él lo termina
Que Dios si falta algo, él lo suple
Que Dios pone temor en nuestros corazones para que no nos apartemos de él
Que Dios que comenzó la buena obra en nosotros, la perfeccionará hasta el fin
Que Dios eligió lo vil, lo que no sirve, lo menospreciado, lo que no es, para que ninguna carne se jacte en su presencia
Que Jesucristo nos hizo reyes y sacerdotes para Dios y su Padre
Que Jesucristo es nuestro Apóstol y Pontífice
Que Jesucristo es Dios sobre todas las cosas
Que Jesucristo es Dios y Salvador
Que Jesucristo en carne es un gran misterio y de piedad
Que la fe de Jesucristo es un misterio
Que por Jesucristo ahora los Judíos y Gentiles somos un solo pueblo y esto es un misterio
Que Jesucristo en nosotros impide al misterio de iniquidad
Que Jesucristo y su Amada esposa conforman un misterio
Que Jesucristo el misterio revelado, es nuestra esperanza de gloria
Que Jesucristo la sabiduría de Dios, nos da los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados; para que sepamos que el es Dios...
(Parte 6)
Estamos en común fe si crees lo siguiente:
Que la ley de Dios es espiritual y yo soy carnal vendido a sujeción de pecado
Que la ley escrita en piedra, condena, obra ira y da muerte
Que la ley de Dios es perfecta, santa, justa y buena
Que el pecado se conoce por la ley
Que el poder del pecado esta en la ley
Que la ley nos tenía encerrados o presos
Que la ley nos llevó a Cristo
Que ya no estamos debajo de la ley
Que el fin de la ley es Cristo
Que si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, trasgresor me hago
Que el antiguo pacto tenía gloria, pero pereció
Que el antiguo pacto, por Cristo fue quitado
Que el antiguo pacto tenía faltas
Que la ley nada perfeccionó
Que el antiguo pacto, el nuevo lo puso viejo
Que el antiguo pacto se desvaneció
Que ya no estamos bajo ayo porque somos hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús
Que la ley fue puesta por causa de las rebeliones
Que la ley entró para que el pecado creciese
Que “Así que, por eso es mediador (Jesucristo) del nuevo testamento para que la remisión de las rebeliones que había bajo del primer testamento, los que son llamados reciban la promesa de la herencia eterna.” (Hebreos 9:150
Que ahora las leyes de Dios están escritas en nuestros corazones por el Espíritu Santo, y nunca más Dios se acordará de nuestros pecados e iniquidades, pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por pecado.” (Hebreos 10:16-18)
Que Jesucristo cumplió la ley perfectamente y nunca hubo pecado en él, salvo cuando el Padre Dios cargó sobre él nuestras transgresiones
Que por la obediencia perfecta de Jesucristo durante su vida terrenal, nosotros sus hijos alcanzamos salvación.
Que por la muerte de Jesucristo, recibimos reconciliación y remisión de pecados.
Que Jesucristo fue resucitado para nuestra justificación, en otras palabras: DECLARADOS INOCENTES!
Alabémoslo y adorémoslo, porque para Jesucristo es la gloria y la honra por los siglos de los siglos.
¡Abba, Padre!
Bendecidos
Su hermano Domingo Hernández